Nuestros caminos son como los toscos y oscuros cables que penden de los postes de las vías del tren. Se mueven y serpentean siempre hacia delante, se combinan con unos más gruesos y con otros más ligeros, formando paralelas perfectas que oscilan al son del viento. Mi cable me observa, está en frente de mi bailando y persiguiéndome a la velocidad a la que me muevo, no está nunca quieto. Arriba suya hay otro cable que se complementa, el de él. A veces se acerca tanto que parece que va a mezclarse en cualquier momento conmigo, y otras veces se aleja hasta que desaparece de mi vista, para luego volver a aparecer. En el camino se cruzan perpendiculares que son temporales y crean figuras hermosas con su deliz finito.
Pero pase lo que pase ahí estamos los dos.. a pesar de que llueva, nieve o haga sol, a pesar de las adversidades que podamos encontrar o de los obstaculos que se crucen por nuestra vía.
Somos paralelas, y somos infinitas.
Sabes de lo que hablo.. lo que digo te ha pasado.